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miércoles, 8 de abril de 2009

TRAS LA PUERTA: EL GRITO



"El grito" de Munch


El grito (en noruego Skrik), es el título de varios cuadros del noruego Eduard Munch (1863-1944). La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue completada en 1893. Otras dos versiones del cuadro se encuentran en el Museo Munch, también en Oslo, mientras que una cuarta versión pertenece a una colección particular.


Munch realizó también una litografía con el mismo título. En los últimos años, la obra, en dos versiones diferentes, ha sido objeto de dos robos de gran repercusión mediática. La versión más conocida, la de la Galería Nacional, fue robada en febrero de 1994, y fue recuperada en una acción policial ocho semanas más tarde. En agosto de 2004 se produjo el robo de otra de las versiones del cuadro, una de las expuestas en el Museo Munch. Dos años después, el 31 de agosto de 2006 la policía noruega anunció la recuperación de la pintura, en buen estado.


Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. El grito está considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural, semejante al de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.




La fuente de inspiración para El grito podría encontrarse, quizá, en la atormentada vida del artista, un hombre educado por un padre severo y rígido que, siendo niño, vio morir a su madre y a una hermana. En la década de 1890, a Laura, su hermana favorita, le diagnosticaron una dolencia bipolar y fue internada en un psiquiátrico. El estado anímico del artista queda reflejado en estas líneas, que Munch escribe en su diario hacia 1892:


Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.


Munch inmortalizó esta impresión en el cuadro La desesperación, que representa a un hombre con un sombrero de copa, de medio lado, inclinado sobre una prohibición y en un escenario similar al de su experiencia personal.


No contento con el resultado, Munch pinta un nuevo cuadro, esta vez con una figura más andrógina, de frente, enseñando la cara, y con una actitud menos contemplativa y más desesperada. Lo mismo que la anterior, esta primera versión de El grito, se llamó La desesperación. Según detalla Robert Rosenblum (un especialista de la obra del pintor), la fuente de inspiración para esta estilizada figura humana podría haber sido una momia peruana que Munch vio en la exposición universal de París en 1889.

El cuadro fue expuesto, por primera vez, en 1893, formando parte de un conjunto de seis piezas titulado Amor. La idea de Munch era la de representar las distintas fases de un idilio, desde el enamoramiento inicial a una rotura dramática. El grito representaba la última etapa, envuelta en sensaciones angustiosas.





La obra no fue muy bien acogida por la crítica y, el conjunto Amor fue clasificado como arte demente (más tarde, el régimen nazi clasificó a Munch de artista degenerado y retiró todos los cuadros que había en una exposición en Alemania). Un crítico consideró el conjunto, y en particular El grito, tan perturbador, que aconsejó a las mujeres embarazadas que no visitaran la exposición. La reacción del público fue discrepante y el cuadro se convirtió en motivo de discusión y, por primera vez, se hace mención de El grito en las críticas y reportajes de la época.


Munch realizó cuatro versiones de El grito. El original de 1893 (91 x 73,5 cm.) una técnica de óleo y pastel sobre cartón, está expuesto en la Galería Nacional de Oslo. La segunda (83,5 x 66 cm.) en témpera sobre cartón se exhibió en el Museo Munch de Oslo hasta que fue robado en 2004. La tercera pertenece al mismo museo y la cuarta es propiedad de un particular. Para responder al interés del público, Munch realizó también una litografía (1895) que permitió imprimir el cuadro en revistas y periódicos. El 31 de agosto, 2006, la policía de Oslo anunció que la segunda versión de la obra fue recuperada, junto con la Madonna, otra obra de Edvard Munch también robada en el 2004.


El 12 de febrero de 1994, El grito de la Galería Nacional de Oslo fue robado en pleno día por una banda de ladrones (en principio se pensó en un grupo anti-abortista activo en Noruega) que se permitieron dejar esta nota: "Gracias por la falta de seguridad". Tres meses después los ladrones se dirigieron al gobierno noruego solicitando, por la entrega del cuadro, un millón de dólares estadounidenses. El gobierno rechazó la oferta y, poco después, el 7 de mayo el cuadro fue recuperado en una acción conjunta efectuada por la policía noruega en colaboración con la policía británica y el museo Getty.


El 22 de agosto de 2004, la versión expuesta en el Museo Munch fue robada a mano armada por dos hombres enmascarados, junto con la Madonna del mismo autor. El museo esperó una petición de rescate pero ésta nunca llegó. Además se ofreció una recompensa de 97 millones de euros. Según el periódico sueco Svenska Dagbladet, el cuadro habría sido quemado a fin de eliminar pruebas. Los dos cuadros fueron recuperados el 31 de agosto de 2006 por la policía noruega, dos años después de su robo, y en relativo buen estado. Sin embargo el 20 de diciembre del mismo año se reveló que los expertos del Museo Munch llegaron a la conclusión de que el daño hecho a El Grito era irreparable. El daño, hecho con agua en la zona baja de la pintura, causó una decoloración que impide que el cuadro pueda ser completamente restaurado a su perfección original.




A finales del siglo XX, El grito adquirió estatus de icono cultural que comenzó en el período post-Segunda Guerra Mundial. En 1961 la revista Times utilizó El grito en la portada de su edición dedicada a los complejos de culpa y a la ansiedad. Entre 1983 y 1984, el artista pop Andy Warhol realizó una serie de estampaciones en seda sobre las obras de Munch, que incluían El grito. La idea fue desacralizar la pintura devaluando su originalidad y convirtiéndola en un objeto de reproducción en masa.


Característico del arte posmodernista es el irónico e irreverente tratamiento que realiza Erró de la obra cumbre de Munch, en sus acrílicos El segundo grito (1967) y Ding dong (1979).


La reproducción de la obra en toda clase de productos, desde camisetas hasta tazas de café de cerámica, posters, llaveros etc., da testimonio de su status como icono, así como de la completa desacralización para el público actual. En esa misma línea, se puede comparar con otras obras de arte, convertidas también en iconos, como la Mona Lisa de da Vinci. El grito es una obra con gran fuerza emocional, y la banalización de la imagen en la cultura popular se puede interpretar como el intento de desactivar el sentimiento de incomodidad que, inevitablemente, provoca en el espectador, aunque otras opiniones desestiman esta interpretación por excesivamente complicada, arguyendo que los artífices de estos productos tratan, simplemente, de sacar dinero de una conocida obra.




El muralista norteamericano, Robert Fishbone, descubrió un filón en el mercado cuando, en 1991, comenzó a vender muñecas inflables con la figura central de la obra. Su compañía con sede en San Luis, On The Wall Productions, vendió cientos de miles. Los críticos señalan que, al sacar la figura de contexto (el paisaje), Fishbone ha destruido la unidad de la obra de Munch, neutralizando, de este modo, su fuerza expresiva.


Como una de las escasas obras de arte moderno que son instantáneamente reconocidas, incluso por gente que conoce muy poco sobre arte, El grito se ha utilizado en publicidad, dibujos animados y televisión.


* En uno de los programas de entrevistas televisivo, Dame Edna Average se presentó con un vestido que imitaba el diseño de la figura de El grito.


* La obra también ha fascinado a los directores de películas. Ghostface, el psicópata asesino de la película de terror de Wes Craven, Scream, lleva una máscara de Halloween inspirada en esta figura del cuadro.


* El actor juvenil Macaulay Culkin posa frente al espejo en la película Home Alone de Chris Columbus, haciendo también una referencia irónica a la obra de Munch.


* El robo de los dos cuadros y El grito en general fue también satirizado en repetidas ocasiones, por ejemplo, en en especial de Noche de Brujas IV, se muestra a Lisa imitando el gesto del personaje de la pintura u Homero en su imaginación, aparece él mismo jugando futbolito con David de Miguel Angel y como éste perdió Homero dice ja, ja, perdiste David de Miguel Angel, ¿Quién sigue? y aparece el hombre del grito diciendo ¡Yooo! .


El cuadro es abundante en colores rojizos de fondo,colores oscuros y la figura principal es una persona aparentemente sin cabello en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena. Esta figura está gritando, con una expresión de desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se notan dos figuras con sombrero que no se pueden distinguir. El cielo parece fluído y arremolinado, de colores rojizos cambiantes, igual de arremolinado que el resto del fondo.





Edvard Munch /ˈɛdvɑ:ʈ mʉŋk/ (Løten, Noruega, 12 de diciembre de 1863 - Ekely, cerca de Oslo, id., 23 de enero de 1944) fue un pintor y grabador noruego expresionista. Sus evocativas obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX. En su propio país se le considera el único artista noruego de resonancia internacional.


El grito (1893; originalmente titulado Desesperación), es su obra más conocida y considerada como un icono de la angustia existencial. En realidad, existen varias versiones de esta imagen, pues Munch acostumbraba a realizar variaciones de los mismos temas. La versión más conocida de El grito fue robada del Museo Munch de Oslo, el 22 de agosto de 2004, junto con una versión de La Madonna. Ambas pinturas fueron recuperadas el 30 de agosto del 2006 con daños menores reparables.


El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas. Por ello, los temas más frecuentes en su obra fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad (Melancolía), la angustia (El Grito, tal vez su mejor obra), la muerte (Muerte de un bohemio) y el erotismo (Amantes, El beso). Se le considera precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del mejor pintor noruego de todos los tiempos.




Edvard Munch creció en Oslo (entonces llamada Christiania), donde formó parte del grupo artístico Bohemios de Christianía fundado por el poeta y expresionista Hans Jager. Su madre y una de sus hermanas murieron siendo él muy joven y a otra de sus hermanas le fue diagnosticada una enfermedad mental. Su padre estaba dominado por obsesiones religiosas. Inculcó a sus hijos un profundo temor hacia el infierno asegurándoles que si pecaban de cualquier modo serían condenados al infierno sin esperanza de perdón.


Munch pasó una infancia con numerosas enfermedades, y de los cinco hermanos originales tan sólo Andreas se casaría, muriendo unos pocos meses después de la boda. Estos hechos podrían explicar la oscuridad y el pesimismo de gran parte de la obra de Munch. Más tarde afirmó: "La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida". Varias fuentes modernas describen la enfermedad de Munch como un caso probable de desorden bipolar. Él consideraba esta personalidad conflictiva y un tanto desequilibrada como la base de su genio.





En 1885 llevó a cabo el primero de sus numerosos viajes a París, donde conoció los movimientos pictóricos más avanzados y se sintió especialmente atraído por el arte de Paul Gauguin. No tardó en crear un estilo sumamente personal, basado en acentuar la fuerza expresiva de la línea, reducir las formas a su expresión más esquemática y hacer un uso simbólico, no naturalista, del color, y de ahí su clasificación como pintor simbolista. De 1892 a 1908 vivió en Alemania, sobre todo en Berlín, aunque hizo frecuentes viajes a Noruega y París. En Berlín presentó en 1892 una exposición que tuvo que ser retirada por el escándalo que suscitó y que dio pie a la creación de la Sezesion berlinesa. En 1908 volvió definitivamente a Noruega, donde recibió algunos encargos oficiales (pinturas del paraninfo de la Universidad de Oslo) y pasó sus últimos años en soledad.




En los años 30 y 40 los Nazis etiquetaron su trabajo como "arte degenerado" y retiraron sus trabajos de los museos alemanes. Este hecho hirió profundamente a Munch, que se consideraba un antifascista y había llegado a apreciar Alemania como su segunda patria.


Murió en Ekely, cerca de Oslo, poco después de su octagésimo cumpleaños. Al morir, legó más de 1.000 cuadros, 15.400 grabados, 4.500 dibujos y acuarelas y seis esculturas a la ciudad de Oslo, que construyó el Museo Munch en el barrio de Tøyen en su honor. Las obras se costearon con la recaudación de las salas de cine de propiedad municipal, y se inauguró en 1963.


Tras el sonado robo de El grito y La madonna, de gran resonancia internacional, se reforzaron las medidas de seguridad en 2005, de tal modo que las obras más valiosas se exhiben detrás de grandes paneles de vidrio, en expositores que recuerdan a los escaparates comerciales. Los dos cuadros citados se recuperaron con desperfectos menores, y fueron presentados provisionalmente en una vitrina, sin sus marcos, para mostrar el alcance de tales daños.


Munch careció de presencia en museos de España hasta fecha reciente. Ahora se conocen dos obras suyas: un retrato de su hermana en el Museo Thyssen-Bornemisza y otro retrato (en préstamo) en el MNAC de Barcelona.



“Estaba caminando a lo largo de un sendero con dos amigos. Se estaba poniendo el sol, y de pronto el cielo se tornó de un color rojo sangre".


"Hice una pausa, sintiéndome exhausto, y me apoyé en la cerca. Había sangre y lenguas de fuego sobre el fiordo de color negro azulado y sobre la ciudad".

"Mis amigos siguieron caminando y yo me quedé ahí temblando de ansiedad y sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza”

Edvard Munch



3 comentarios:

  1. Mucho muy buenos tus artículos. Ricos en conocimiento. Un fuerte abrazo.

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  2. ¡¡Magnifico articulo!!
    Como siempre te doy las gracias.

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  3. Los artistas existen quién o si ella ama o si ella odia, Munch és uno de estos artistas, gracias por esta excelente texto. Un análisis hermoso en la vida y la ejecución de esto undisputed el genio del impressionismo. Las buenas vacaciones, espero ansioso sus nuevos postagens. Feliz páscoa.

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