El ser ciudadanos de una Europa sin fronteras con nuestra capital cultural en este año 1993 en AMBERES cobra una especial singularidad para la Escuela Europea, fundada en LUXEMBURGO en el año 1953 y cuyo director Antonio Pino Romero manifestaría, el lema fundamental de la misma: “el alumno se va desprendiendo de los elementos nacionales para frecuentarse en pandillas con apertura de espíritu. Aparte de hablar tres o cuatro lenguas, tiene una verdadera dimensión europea”.
Un Acta Única y de compromiso adquirido por cada uno de sus países integrantes pues ya señalaba EINSTEIN: “La vida es muy peligrosa. No para las personas que hacen el mal sino por las que se sientan a ver lo que pasa” y será indudablemente Maastricht punto de referencia de nuestro Presidente Felipe González, el paso que como un jubileo Jacobeo obligado haga de motor moral para todos los europeos.
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