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viernes, 26 de enero de 2018

CIUDADES DEL MUNDO: BILBAO












Bilbao​ (en euskera Bilbo)​ es un municipio situado en el norte de España y una villa de dicho municipio, capital de la provincia y territorio histórico de Vizcaya, en la comunidad autónoma del País Vasco. La villa de Bilbao es la capital y única localidad del municipio, y con 345.141 habitantes según el padrón de 2015, ​ es la urbe más poblada de la comunidad autónoma, siendo la cabecera del área metropolitana de Bilbao, una conurbación de más de 1 000 000 de habitantes​ que se extiende a lo largo de la ría de Bilbao o del Nervión.

El núcleo urbano se encuentra rodeado por dos cadenas montañosas con una altitud media que no supera los 400 metros. ​ Estas cadenas forman algunos de los límites naturales del municipio. Los principales municipios limítrofes son Sondica, Zamudio, Basauri, Baracaldo, Galdácano y Arrigorriaga.

Desde su fundación, a finales del siglo XIII, fue un enclave comercial que gozó de particular importancia en la cornisa Cantábrica gracias a los privilegios concedidos por la Corona de Castilla​ que permitieron el desarrollo de una gran actividad portuaria que se basaba principalmente en la exportación de la lana procedente de Castilla y en menor medida del hierro extraído de las canteras vizcaínas. A lo largo del siglo XIX y principios del XX experimentó una fuerte industrialización que la convirtió en el epicentro de la segunda región industrializada de España, por detrás de Barcelona.14​15​ Esta estuvo acompañada de una extraordinaria explosión demográfica y urbanística que originó la anexión de varios municipios colindantes. En la actualidad es una pujante ciudad de servicios, ​ que se encuentra en un proceso de revitalización estética, social y económica liderado por el simbólico Museo Guggenheim Bilbao.

El 19 de mayo de 2010, la ciudad de Bilbao fue reconocida con el premio Lee Kuan Yew World City Prize, otorgado por la ciudad estado de Singapur, en colaboración con la Academia Nobel sueca. Considerado el Nobel del urbanismo, fue entregado el 29 de junio de 2010.19​ El 7 de enero de 2013, su alcalde, Iñaki Azkuna, recibió el Premio Alcalde del Mundo correspondiente a 2012 que otorga cada dos años la fundación británica The City Mayors Foundation, en reconocimiento a la transformación urbana experimentada por la capital vizcaína desde la década de 1990.20​21​ El 8 de noviembre de 2017, Bilbao fue elegida la Mejor Ciudad Europea 2018 en los premios The Urbanism Awards 2018, que otorga la organización internacional The Academy of Urbanism.



 




El nombre oficial del municipio, establecido por el consistorio, es Bilbao tanto en castellano como en euskera.23​ No obstante, la Real Academia de la Lengua Vasca dictaminó, en un informe solicitado por el propio Ayuntamiento de Bilbao, que el topónimo oficial en euskera fuera Bilbo y así aparece en su Norma Académica número 145 Bizkaiko herri izendegia. Este último se encuentra documentado en abundantes documentos y obras literarias en euskera. En cambio, Bilbao aparece en euskera una única vez, en Los refranes de Garibay del siglo XVI y XVII, ante lo cual la Real Academia de la Lengua Vasca presenta dudas sobre si en aquel tiempo se utilizaba habitualmente en euskera Bilbao o solo se trata de un uso buscado para ese refrán. En todo caso, a la hora de declinarse en euskera únicamente debe utilizarse Bilbo.


No existe un consenso entre los historiadores acerca del origen del nombre de la villa. El ingeniero Evaristo de Churruca asegura que es costumbre vasca denominar un lugar según su ubicación, por lo que Bilbao resultaría de la unión de las palabras euskéricas río y ensenada: Bil-Ibaia-Bao. Del mismo modo, el historiador Javier Tusell argumenta que es una evolución de bello vado. ​ Por otro lado, el escritor Esteban Calle Iturrino afirmó que el nombre deriva de las dos poblaciones que existían a ambas orillas de la ría, más que de la ría en sí. La primera —donde se asienta el actual Casco Viejo— se llamaría Billa, que en euskera significa «pila», haciendo referencia a su forma de pila o montón. La segunda, ubicada en los terrenos del actual barrio de Bilbao La Vieja y de tradición ferrera, se llamaría vaho: vapor, exhalación. De la unificación de estas palabras surgiría el topónimo,25​ que antaño también se nombró de forma escrita como Bilvao y Biluao, tal como se registra en su Carta Puebla y posteriores transcripciones de la misma.

Asentamientos prefundacionales

Se encontraron restos de un antiguo asentamiento en la cima del monte Malmasín que datan del siglo III a. C. o II a. C.61​62​ Asimismo se hallaron restos de enterramientos en los montes Avril y Archanda de 6000 años de antigüedad. Algunos autores también identifican a Bilbao con Amanun Portus, citado por Plinio, o con Flaviobriga, por Claudio Ptolomeo.62​ Por otro lado, existen unas ruinas de murallas, descubiertas en las profundidades de la iglesia de San Antón que datan del siglo XI o XII.

Edad Media

De la fundación al Consulado

Fue una de las primeras villas que nacieron de un gran impulso fundacional llevado a cabo por la Corona de Castilla durante el siglo XIV que creó el 70 % de las villas vizcaínas, entre ellas Portugalete —1323—, Ondárroa —1327—, Lequeitio —1335—, Munguía y Larrabezúa —1376—.63​ Don Diego López de Haro V fundó la villa de Bilbao mediante una carta fundacional, o Carta Puebla, fechada en Valladolid el 15 de junio de 1300 y confirmada por el rey Fernando IV de Castilla en Burgos el 4 de enero de 1301. El Señor de Vizcaya estableció la nueva villa en la orilla derecha de la ría del Nervión, en terrenos de la anteiglesia de Begoña y le otorgó el Fuero de Logroño, conjunto de derechos y privilegios, que posteriormente resultarían fundamentales en su desarrollo. ​ Y así, en la carta fundacional de Bilbao proclama:

«En el nombre de Dios y de la virgen bienaventurada Santa María: Sepan por esta carta quantos la vieren y oyeren como yo Diego López de Haro, señor de Vizcaya en uno con mio fijo Don Lope Díaz y con placer de todos los Vizcaynos, fago en Bilvao de parte de Begoña nuevamente población y villa qual dicen el puerto de Bilvao...».

En 1310 María Díaz de Haro, sobrina de Don Diego y nueva Señora de Vizcaya concede una nueva carta de poblamiento que amplía aún más los privilegios comerciales de la Villa, convirtiéndola en paso obligatorio de todo el comercio de Castilla hacia el mar. Así, esta segunda Carta Puebla establecía que el camino de Orduña a Bermeo, por entonces la ruta comercial más importante del señorío, pasara por Bilbao (Puente de San Antón) en vez de por Echévarri, dándo acceso directo al mar a las mercancías, fortaleciendo el poderío comercial de Bilbao en detrimento de Bermeo que hasta entonces había sido la Villa más próspera. Además, también le concedió la exclusiva del comercio entre Las Arenas y Bilbao. En 1372 el futuro Juan I de Castilla extendió aún más los privilegios dejando francas las salidas y entradas de mercancías desde y hacia la Villa y concentrando también el transporte de hierro​ (no será hasta mediados del siglo XVII cuando el transporte de lanas se desvía de Santander a Bilbao).



 




De esta manera, el puerto de Bilbao fue adquiriendo importancia en Europa por su comercio con los puertos de Flandes y Gran Bretaña y, con menor intensidad, con los de Francia, Portugal e Italia, así como con los puertos de Sevilla y Barcelona, principales de los reinos de Castilla y Aragón.
En 1443 se consagró la iglesia de San Antón, uno de los edificios más antiguos de la ciudad y que anteriormente cumplía con las funciones de alcázar. El 5 de septiembre de 1483, la reina Isabel I de Castilla acudió a la villa para jurar en persona los fueros. Su marido Fernando II de Aragón ya los había jurado en Guernica en 1476.

Edad Moderna

El 21 de junio de 1511, la reina Juana I de Castilla aprobó las ordenanzas para la constitución del «Consulado de Bilbao, Casa de Contratación y Juzgado de los hombres de negocios de mar y tierra». Esta será la institución más influyente de la villa durante varios siglos y se encargará de ejercer la jurisdicción sobre la ría, así como de los trabajos para su mejora y mantenimiento, además de otros muchos aspectos relativos al comercio. Gracias al Consulado, el puerto de Bilbao se convirtió en uno de los principales de España. Este progreso trajo consigo la primera imprenta de la villa en 1577, siendo también aquí donde en 1596 se editó el primer libro impreso en euskera, titulado Doctrina Christiana en Romance y Bascuence por el Dr. Betolaza.

En 1602 fue nombrada capital de Vizcaya, título que hasta entonces ostentaba Bermeo. ​ Pero no es hasta 1631 cuando se produce el acuerdo entre El Señorío y las villas que fija la capitalidad de Vizcaya en Bilbao. No fue fácil conseguirlo. Se llegó al acuerdo porque la cantidad interminable de pleitos que se habían suscitado entre las anteiglesias y las villas, habían llevado a las arcas municipales una auténtica situación de penuria. Esta situación de ruina desembocó en un aumento del impuesto sobre el pescado, la cera y otras mercaderías que se comercializaban. Por las mismas fechas, la Corona modificó sus impuestos sobre la sal, lo que originó una revuelta popular conocida como la «machinada del Estanco de la sal» que acabó con la ejecución de varios de sus cabecillas.​ A finales del siglo superó la crisis económica que afectaba a España gracias a la marginación de los comerciantes extranjeros del tráfico de la lana en favor de los locales (que hasta entonces se realizaba en Santander), a la explotación de las minas de hierro y al comercio con Inglaterra, Flandes y los Países Bajos, principalmente.



 




En el siglo XVIII existían dos sectores que acumulaban la mayoría del poder local: los hacendados rurales y los mercaderes. Los intereses opuestos de ambos derivaron muchas veces en conflicto, como se puso en evidencia con el traslado de las aduanas de 1718. Hasta ese momento, las aduanas se encontraban en las villas de Valmaseda (Balmaseda) y Orduña (Urduña), un hecho que propiciaba el contrabando —especialmente de tabaco— además de eximir a los mercaderes de la ciudad de pagar derechos por las barras de hierro que exportaban. Los hacendados reclamaron a la Corona que estableció las aduanas en la costa. Sin embargo, este traslado significó el encarecimiento de muchos productos para los pescadores y labriegos bilbaínos y de otras anteiglesias, quienes iniciaron un motín que amenazó con incendiar la villa, con una represión violenta, en 1719, logrando, finalmente, que las aduanas retornasen al interior en 1722.​ Los hacendados intentaron perjudicar a los mercaderes dos veces más en 1792 al proponer la creación de un puerto rival en Mundaca —anulado dada la Guerra del Rosellón— y otro en 1804 en Abando. Este último intento originó la llamada Zamacolada.

Edad Contemporánea

Invasión napoleónica, guerras carlistas y desarrollo industrial

Durante la denominada Guerra de la Independencia, entre 1808 y 1813. Al principio, los franceses que habían entrado en el país fingiéndose aliados del gobierno español, ocuparon arteramente diversas localidades vascas, pero no Bilbao. Por lo tanto, la población se convirtió en un foco de resistencia, aunque no estalló una sublevación abierta contra Napoleón Bonaparte hasta el 6 de agosto de 1808, mes y medio después de la batalla de Bailén. El 16 de agosto los franceses, al mando del general Merlin, tomaron Bilbao por la fuerza tras duros combates y saquearon la villa, junto con los municipios de Deusto y Begoña. La ciudad cambió de manos varias veces durante 1808, pero a partir de noviembre quedó ocupada por una numerosa guarnición dirigida por el general Jean Jacques Avril. Pocos meses después el general Avril cayó en desgracia ante Napoleón debido a falsas acusaciones y fue sustituido por el coronel Bord, oficial eficiente y poco sanguinario. A partir de febrero de 1810, Bord quedó bajo las órdenes del general Pierre Thouvenot, barón del imperio, que de gobernador de Guipúzcoa fue ascendido a gobernador general de toda "Vizcaya" (las tres provincias vascas) con la intención de ir preparando la anexión total a Francia.

El País Vasco fue uno de los principales escenarios de la Primera Guerra Carlista. Bilbao, núcleo liberal y económico, era un objetivo principal para los carlistas. El general Tomás de Zumalacárregui intentó tomar la villa en 1835, aunque fracasó y resultó herido en las inmediaciones de Begoña, para días después morir en Cegama. Al año siguiente, resistió un segundo asedio en el que Baldomero Espartero derrotó a los carlistas en la batalla de Luchana. No sufrió campañas militares durante la Segunda Guerra Carlista, que se centró en Cataluña. Sin embargo, al despertar la Tercera Guerra Carlista en 1872, la localidad volvió a ser un escenario importante. En abril de 1874 sufrió un tercer sitio, que no fue levantado hasta el 2 de mayo de ese año a manos del general Concha.



 




Pese a estas contiendas, la urbe pudo florecer económicamente en el siglo XIX y principios del XX, cuando se afianzó como centro económico del País Vasco. En este siglo también llegó el ferrocarril —1857—, se fundó el Banco de Bilbao —embrión del futuro BBVA— y a finales de este apareció la Bolsa de Bilbao. Florecieron las empresas siderúrgicas y fábricas, como Santa Ana de Bolueta y Altos Hornos de Vizcaya en 1902. Se modernizó con la construcción de paseos y alamedas en el nuevo ensanche de Abando, edificios emblemáticos como el nuevo palacio consistorial en 1892, el Hospital de Basurto y el Teatro Arriaga. ​ La población experimentó un crecimiento demográfico extraordinario, pasando de 11 000 habitantes en 1880 a 80 000 en 1900. Los movimientos sociales también tuvieron su lugar en esta época, destacando el nacionalismo vasco de Sabino Arana y el auge de los movimientos obreros, el republicanismo y el liberalismo monárquico y centralista.

Guerra civil y dictadura franquista
 
La Guerra Civil comenzó en Bilbao con pequeños levantamientos sofocados por las fuerzas republicanas. El 31 de agosto de 1936, aviones franquistas realizaron la primera incursión en la capital, arrojando ocho bombas. Se produjeron hechos de acción-represión por parte de los civiles, quienes se ensañaban contra personajes de conocida ideología pro-fascista o presos sublevados. En septiembre, aviones franquistas repartieron octavillas con amenazas de bombardeo en caso de que la ciudad no se rindiera. Estas amenazas se cumplieron el día 25, cuando siete aeronaves arrojaron alrededor de cien bombas sobre la villa y poblaciones cercanas durante hora y media. Regresaron al día siguiente, arrojando bombas incendiarias de procedencia alemana. ​ En mayo de 1937, los sublevados al mando del general Dávila la asediaron. La batalla duró hasta el 19 de junio del mismo año, cuando el teniente coronel Putz ordenó volar sus puentes y las tropas de la 5.ª Brigada Navarra tomaron la capital por los montes Malmasín, Pagasarri y Arnotegui.




 




Terminada la guerra, retornó a su proceso de desarrollo industrial y económico, acompañado por un crecimiento demográfico sostenido. En los años 1940 se reconstruyó, comenzando por sus puentes sobre la ría y para 1948, despegaba el primer vuelo comercial desde el aeropuerto. ​ En la década siguiente, resurgió de nuevo la industria pesada, convirtiéndose en un sector estratégico para toda España, como consecuencia del aislamiento económico que se produjo, periodo conocido como autarquía. Esto atrajo una masiva inmigración de varias regiones del país que ocasionaron el auge del chabolismo en las laderas de los montes, realizando una mala planificación de Viviendas de Protección Oficial. ​ Los movimientos obreros despertaron lentamente y la huelga del astillero Euskalduna en 1947 fue la primera de la España de la posguerra. En este ambiente de represión, nació el 31 de julio de 1959 en Bilbao la organización terrorista ETA, como una escisión del nacionalismo.84​ En los años 1960, se sucedieron algunos progresos urbanísticos, como la creación de nuevos barrios como Ocharcoaga y la autopista Bilbao-Behovia. En junio de 1968 la universidad pública llegó a la capital con la Universidad de Bilbao.

Democracia y regeneración

Con la desaparición de la dictadura franquista y el establecimiento de una monarquía parlamentaria en España en un proceso conocido como la Transición, pudo disfrutar nuevamente de elecciones democráticas. Al contrario de lo ocurrido en las repúblicas, se observó un predominio de las fuerzas nacionalistas.

Desde mediados de la década de 1990, la urbe vivió un proceso de desindustrialización a raíz de la crisis del sector metalúrgico en los años 1980. La transformación en una ciudad de servicios se apoyó en la inversión en infraestructuras y en la regeneración urbana, que comenzó con la inauguración del metro, continuó su expansión en Abandoibarra con el Museo Guggenheim Bilbao,18​ el Palacio Euskalduna, el Zubizuri, el tranvía o la torre Iberdrola, y continúa proyectándose con el plan de desarrollo de Zorrozaurre o Garellano.89​ Asociaciones apoyadas por la administración, como Bilbao Metrópoli-3090​ o Bilbao Ría 2000, fundada el 19 de noviembre de 1992, se encargaron de la organización y supervisión de muchos de estos proyectos.